lunes, 21 de enero de 2008

la srpresa de oscar de hoya

Hambre de KO, hombre de KO

Óscar de la Hoya reconoce que necesita un plan perfecto para noquear a Mayweather; advierte que saldrá a fajarse, a asfixiarlo y al final del combate decidirá si se retira del boxeo en una etapa concluida en ésta, ‘mi vida maravillosa’

Rafael Ramos Villagrana
rafael.ramos@laopinion.com
30 de abril de 2007

Revela que está ansioso, deseoso, anhelante. Las voces de dos sangres le reclaman.

La sangre heredada de mexicano y la festividad gloriosa del 5 de Mayo...

Y la sangre del boxeador, esa sangre que pide sangre, esa sangre del gladiador cebada de sangre ajena.

Óscar de la Hoya se imagina sin nervios y sin miedo en el epicentro del escenario imponente del 5 de Mayo en Las Vegas.

Pero especialmente visualiza el escenario después del combate, antes del último asalto, antes de la ronda 12.

Visualiza a Floyd Mayweather derrotado, humillado, implorante, lastimado, de rodillas, y con la mirada del que venera al que lo ha vencido.

Porque Óscar de la Hoya advierte que no quiere llegar al veredicto de los jueces. Asegura que no pretende que las tarjetas hagan lo que es la misión estricta de sus propios puños, entrenados, forjados, educados para ser inmisericordes.

"Me imagino el desenlace. Noquearlo es la meta. Cuando me meto al gimnasio, cuando me levanto a las 5:30 a.m. a correr, visualizo a Mayweather en la lona, noqueado y ésa es una gran motivación".

Y quiere escuchar los sonidos lastimeros del que sufre en la lona y escuchar después, con la voz de tenor del réferi, ese veredicto delicioso del nocaut anunciado.

"No me gusta decir que voy a noquearlo en tal round. Si te obsesionas con el nocaut nunca llega. Pero esta vez es diferente, ¡necesito un nocaut en esta pelea! Y eso me motiva para entrenar".

"El tren de pelea será no dejarlo respirar, será estar encima de él".

Es curioso que digas: 'necesito un nocaut'.

"Es que mucha gente piensa que por su velocidad no lo puedo noquear y que no le voy a meter un gancho a la quijada, pero voy a demostrar que a los 34 años puedo pelear como un jovencito. Tiene rapidez y yo tengo la experiencia".

Porque, explica, la victoria en el boxeo sabe a victoria cuando es por nocaut. Es como decir misión cumplida.

"Sabe distinto. Si no noqueaste al contrincante, piensas que ¡wow! Se me fue vivo, se me escapó. Piensas que si hubieras tenido un round más lo hubieras podido noquear. Ganar por decisión es satisfactorio, pero no se compara con el sabor de un nocaut, porque ese golpe final, con el que noqueas, con el que ganas, es el premio a todo el trabajo, a todo el esfuerzo que hicimos todos para llegar a ese golpe decisivo, final que te hiciera ganar ese combate".

¿Qué pelea dejaste de ganar por carecer de ese golpe final y decisivo?

"En la segunda pelea con Shane Mosley, sentía que si hubiera tenido dos o tres rounds más hubiera alcanzado el nocaut, pero lamentablemente la decisión quedó en manos de los jueces y se la dieron a él. Dos o tres rounds más me hubieran bastado para noquearlo".

LA LLAMA ENCENDIDA...

Óscar de la Hoya enfatiza su edad, sus 34 años, pero no como un lamento sino como un homenaje porque siente que la maquinaria boxística se encuentra en plenitud, aceitada por la rutina y la disciplina del trabajo diario.

Y asegura que la motivación y los motivos siguen vigentes, renovados, distintos, pero vigentes.

Esa motivación que comenzó con los sueños compartidos con Cecilia, su madre ya fallecida.

Esa motivación conjunta con su padre Joel.

Y ahora la familia con Millie complementa el entusiasmo del clan por esta forma de vida.

"Comenzó con mi madre, en paz descanse, con la motivación al máximo. Después, empecé a hacerlo por mí mismo, para satisfacerme a mí mismo. Después ha llegado la familia, mi esposa, mi hijo, y ahora la motivación es ser el mejor del mundo. Pelear con lo mejor del mundo, para ganarle y ser considerado entre lo mejor del mundo. Para mí, el boxeo es todo, es lo máximo, amo este deporte y quiero ser el mejor del mundo".

¿Crees estar ya entre los mejores de la historia del boxeo?

"Hay tantos tan buenos, hay muchos que son buenísimos, que son leyendas. Si dentro de 30 años la gente me considera entre los mejores 20 de la historia estaría contento y satisfecho. He subido categorías y peleado con lo mejor del mundo, pero cuando hablas de los más grandes de México como Salvador Sánchez o Julio César Chávez, sólo te queda inspirarte en ellos para aspirar a estar entre los mejores del mundo. En este momento me considero entre los 20 mejores del mundo".

Hablas de tus 34 años... no te cansa ese compromiso no sólo de tratar de ser mejor que tus rivales sino tratar de ser mejor que tú mismo...

"Esa es la meta siempre, usar mi experiencia contra estos jovencitos. Si uno se prepara bien, se cuida, se siente bien. Me siento muy joven como boxeador en este momento".

PERFECCIÓN O DERROTA...

A la experiencia, Óscar de la Hoya le añade el mapa de estrategia para este combate.

"Vamos a pelear con mucha presión, pero con mucha inteligencia. Los contrincantes anteriores de Mayweather han tratado de meterle presión, pero sin un orden táctico. El 5 de Mayo mi plan deberá ser perfecto. Si no es perfecto, si no hago una pelea perfecta, por su velocidad me puede ganar".

De la Hoya habla de experiencia.

Experiencia es sabiduría adquirida.

Experiencia es inteligencia práctica.

"Cuando comencé yo fui un fajador. Cuando me empezó a entrenar Mayweather padre, me trató de convertir en un boxeador, en un estilista, pero ahora estoy volviendo al boxeo agresivo, como fajador. Entonces, estoy en un punto en el que manejo los dos estilos, en pensar más, tirar más golpes fuertes y controlados, inteligentes, que van a ser la clave".

"Con este nuevo estilo combinado me siento mejor. Fajador puede ser cualquiera, con una buena quijada que resista, te subes y peleas. Otra cosa es boxear, tirar combinaciones y que no te peguen. Pero en mi sangre está el fajador y el 5 de Mayo saldrá el fajador más que el boxeador"..

¿Qué secretos, qué colección de virtudes y defectos tuyos se llevó Mayweather padre después de entrenarte para ahora contárselos a Mayweather hijo?

"No hay ventajas para los Mayweather. Mi estilo ha cambiado, es diferente, seré más agresivo. Mayweather quería enseñarme a boxear, a conectar, moverme y usar la velocidad. Ahora estamos trabajando en otras estrategias. Tenemos secretos, nuevos métodos. Los Mayweather se van a sorprender. Si Mayweather padre espera ver al Óscar que dirigió, Mayweather hijo va a sufrir las consecuencias".

Cuando pruebas sangre, la tuya o la del rival, ¿es fácil aún así mantener la calma y ser un peleador inteligente?

"No es difícil. Depende de cómo entrenas. Cuando me preparé para Tito Trinidad entrené durante tres meses para boxearle, porque mis entrenadores decían que pegaba muy fuerte, que lo boxeara y le ganaría fácil. Yo quería fajarme con Trinidad, pero cada vez que iba a la esquina me recordaban que boxeara, que boxeara. Para mí nunca ha sido un problema fajarme. Que me peguen, pues eso es parte de este deporte. Para Mayweather estamos programados para pelear, no para boxear, sino para ir al frente, con todo".

Eres peleador, eres promotor, eres empresario, a estas alturas parecería que estás ya por encima de las decisiones del entrenador, que has aprendido más en tus combates que tus propios manejadores...

"Toda la experiencia adquirida en este deporte está ahí. Pero con mis entrenadores platico siempre. Ahora hablo con Freddy Roach y le consulto qué combinaciones le harán más daño a Mayweather, y yo le doy mis puntos de vista. Con su experiencia y la mía hemos armado una perfecta pareja para la victoria".

"Nosotros tenemos experiencia e inteligencia que no habrá en la esquina de los Mayweather".

De la Hoya ha tolerado las embestidas verbales de Mayweather, pero asegura que no le han hecho mella... ni en el sentido del humor.

"Son trucos. Trata de sacarme de mi concentración. Pero sólo me río de él y esperaremos al desenlace de la pelea, a ver al final, sobre el cuadrilátero, quién habla y quién ríe".

'CERCA DEL RETIRO'

Óscar de la Hoya se ha convertido en un medio y un fin.

Para los boxeadores representa un peleador generacional, un icono longevo al cual vencer, pero, además un puñado de dólares para obtener.

De la Hoya sabe que el retiro debe ser un camino sin regreso, debe ser cruzar una puerta que nunca debe volver a abrir y mucho menos volver a cruzar. Son huellas que nunca debe volver a pisar.

Por eso no sabe si podrá irse cualquiera que sea el desenlace ante Mayweather.

"Yo siempre he tenido un plan. No sólo para mi carrera boxística sino para mi vida en general. Siento que puedo seguir peleando más tiempo. He tomado una decisión y es que me voy a retirar una sola vez, solamente una vez. No quiero retirarme y regresar, retirarme y regresar, como los demás peleadores. Cuando me retire será definitivamente, no habrá regresos. Y ya estamos muy cerca, muy cerca de ese día. Estoy tomando paso a paso, pelea por pelea. Dependiendo de cómo me sienta después de este combate tomaré una decisión... seguir peleando o retirarme".

"En este deporte, me puedo sentir al 100 por ciento entrenando y mientras me preparo todo sale muy bien, pero la noche de la pelea uno nunca sabe. Por eso, después del combate con Mayweather decidiré si cuelgo los guantes o sigo boxeando", explica Óscar de la Hoya.

CARA A CARA...

El multicampeón hace un recuento de sus dos vidas.

La del hombre que ha crecido a la sombra del boxeador.

Y la del boxeador que ha crecido a la sombra del hombre.

Una y otra. Juntas siempre.

Vidas mellizas de una misma aventura.

Y De la Hoya pone en la balanza los sacrificios del boxeador y los sacrificios del hombre.

Las abstinencias del peleador y los excesos del hombre.

Las urgencias de la familia del ser humano y las restricciones del pugilista.

¿Ha valido la pena, Óscar?

"Sí, ha valido la pena. Estoy satisfecho con todo lo que ha sucedido. Lo bueno y lo malo son parte de una misma vida. Han sido experiencias para crecer, para mejorar. Desde la gente que me apoya, lo que hemos hecho por la comunidad, pro el deporte. No cambiaría nada de mi vida. Lo dejaría todo intacto, tal como lo he vivido, todo, absolutamente todo".

'VIDA MARAVILLOSA'

Óscar de la Hoya acepta que tiene en cartera una película autobiográfica, para cerrar el círculo de su carrera con un testimonial de la misma.

Pero explica que aún le queda por hacer, le queda por vivir, le queda por edificar, le queda por heredar, le queda por escribir su propio libreto.

¿Cuál sería el título de ese libro, de esa película?

"Una vida maravillosa. Porque nunca me imaginé en mi vida que iba a ser así de maravillosa. Maravillosa porque nunca me imagine que iba a ser diez veces campeón mundial en seis categorías distintas. Maravillosa porque nunca me imagine una esposa tan bella, siempre a mi lado, con mis hijos. Maravillosa porque nunca me imaginé que los latinos, mi gente, mi sangre mexicana, mi raza, me iba a estar apoyando como me está apoyando. Maravillosa, porque nunca me imaginé que iba a poder ayudar a la gente [con clínicas y servicios médicos]. Todo eso me ha dado una vida maravillosa, gracias a tanta gente".

Entonces, lo maravilloso de esta vida maravillosa consiste en hacer maravillosa la vida de mucha gente que tal vez nunca llegues a conocer...

"Así es. Quiero que la gente me recuerde como una persona que ayudó. Que dio como pago por todo lo que recibió de la comunidad. Desde la secundaria, el hospital, las becas para jovencitos, esto, todo, es más importante y trascendente que mi carrera como boxeador. Dentro de 50 ó 60 años, o cuando me muera, que la gente me recuerde por lo que pude dar como pago por lo que recibí".

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